Bajé a desayunar ya que el estómago comenzaba a rugirme.
Cuando me hallaba al final de las escaleras pensé: "¿Desayunar?" Ni siquiera tenemos frigorífico".
Entre (bueno en realidad no entré ya que no había ni puerta) en la sala en la que iría la cocina.
No había nada.
Tampoco se oía ningún ruido.
Caminé despacio hacia la puerta y allí encontré una nota.
"¡Dios mío, se han dado a la fuga!"- fue lo primero que pensé.
¿Pensaría aquello por que en realidad era lo que quería que hicieran?
Cogí la nota y leí:
"Alma, tu padre y yo hemos salido a comprar. El camión de la mudanza está a punto de llegar. Estate atenta. Por cierto, Ashley está en la piscina. Enseguida volvemos. Mamá"
¿Piscina? No sabía que tuviésemos una.
Caminé hasta la parte trasera de la casa y miré por la ventana.
Allí no había ninguna piscina.
En fin, mejor para mí.
Hice una bola de papel con la nota y la lancé lo más lejos que pude.
"¿Y qué hago yo ahora?"- pensé.
Decidí que lo mejor sería salir a dar un paseo por la manzana para ver si aquel "roba-besos" del cuál aún no sabía el nombre, era por casualidad vecino mío.
Volví a entrar en mi cuarto.
Miré mi conjunto de la noche anterior, tirado cerca del saco de dormir.
Suspiré. Me sacrificaría y volvería a repetir modelito.
Me vestí lo mas rápido que pude y bajé a toda prisa las escaleras.
Abrí la puerta principal y me topé de bruces con un chico, el cual llevaba algo entre las manos.
-¡Ups!- le miré de arriba abajo. No, no era el "roba-besos".- Hola, ¿quien eres?
-Hola. Soy tu vecino de aquí al lado- señaló su casa. Era justamente la que estaba a la izquierda de la mía.- Mi madre me envía con este bizcocho. Es tradición aquí, ¿sabes?
Le miré con cara de ¿Hola? Tendría mi misma edad. ¿Aún obedeciendo a mamá y llevando bizcochos a los nuevos vecinos?
¡Pringaaoooo!
-Ya, es que mis padres acaban de salir y yo justo me iba. No importa. Vuelve mas tarde.
Me dispuse a cerrar la puerta.
-¡Espera! Al menos, déjame dejar esto dentro.
-Como quieras.
Pasé al interior y él me siguió.
-Una casa muy bonita- dijo en un intento de ser amable.
-Gracias. A mí también me gustan las casas sin muebles. Puedes dejar esto aquí- señalé el suelo. El me miró con cara rara.- Tranquilo, no hay ratas. He hecho la prueba esta mañana, poniendo como cebo a mi hermana.
Volvió a reír. Dejó el bizcocho en el suelo.
-Soy Enzo.
-Encantada, yo soy Alma.
-¿Tienes algo que hacer ahora?
-Hombre iba....
-Tenía pensado que quizás te apeteciera venir a dar una vuelta, y así te enseño la zona. Aparte hay un lugar que toda forastera, debe conocer.
¡Que lanzados eran todos los chicos de Virginia! Le miré. Tenía el pelo color rubio apagado. Parecía buena persona. Un poco pringado pero buena persona. Decidí darle una oportunidad. No me vendría nada mal tener un vecino con el que cotillear.
-Está bien.
Salimos de la casa y caminamos en silencio un par de metros.
-Y, ¿de donde venís?
-De Nueva York.
-Vaya, menudo cambio.
-Ni que lo digas...
-¿Es la primera vez que os mudáis?
-Sí.
-¿Crees que este será tu lugar en el mundo?
Um, que frase más bonita. A decir verdad, Enzo resultaba ser más interesante de lo que aparentaba ser.
-¿Mi lugar en el mundo?
-Sí, todos tenemos un lugar en el mundo. Es sólo cuestión de descubrirlo.
-Hombre, pues no se, aún es pronto para descubrirlo...
La verdad era que la manzana estaba bastante bien cuidada. Muy limpia y sin apenas ruido. Todo lo contrario a Nueva York.
-Me imagino que entrarás nueva al Glorian Gold.
-¿Glorian Gold?
-Sí, el instituto de la zona.
¡Mierda, el colegio! Casi se me había olvidado. ¿Cómo se me podía haber olvidado uno de mis mayores miedos al instalarme en Virginia?
Bueno, quizás porque con todo el lío que se había montado con el chico con el que me había liado, que luego había resultado ser un capullo, y mis constantes comeduras de coco con Yon, no me había dado tiempo de parar a pensarlo.
-Oh, sí. El instituto... ¿Sabes cuando empieza?
-Sí, mañana.
¡¿QUÉEEEEEEE?!
-¿Cómo?
-Sí, mañana empieza, pero no te preocupes, puedes ir conmigo.
-Gracias, eres muy amable.
¡Mierda, mierda, mierda, mierda! Estaba hundida, tocada y hundida.
Llegamos al final del camino. a nuestra derecha continuaba un pequeño sendero de tierra.
Caminamos en silencio hasta que llegamos al lugar que todo forastero debería conocer.
Era realmente precioso. un inmenso lago se extendía ante nosotros.
Divisé una pequeña pasarela de madera no muy lejos de nosotros.
-Oh Enzo, es precioso.
Rió.
-Lo sé. Aquí es donde traigo a todas las tías con las que ligo.
Nota: la acabas de cagar.
La musiquilla del mundo ideal dejó de sonar y comenzó la melodía de Psicosis.
Le mire con mi cara de ¿Hola?. El sonreía alegremente.
¡Dios otro más no!
-¿Vamos?- me preguntó.
CONTINUARÁ....
Cuando me hallaba al final de las escaleras pensé: "¿Desayunar?" Ni siquiera tenemos frigorífico".
Entre (bueno en realidad no entré ya que no había ni puerta) en la sala en la que iría la cocina.
No había nada.
Tampoco se oía ningún ruido.
Caminé despacio hacia la puerta y allí encontré una nota.
"¡Dios mío, se han dado a la fuga!"- fue lo primero que pensé.
¿Pensaría aquello por que en realidad era lo que quería que hicieran?
Cogí la nota y leí:
"Alma, tu padre y yo hemos salido a comprar. El camión de la mudanza está a punto de llegar. Estate atenta. Por cierto, Ashley está en la piscina. Enseguida volvemos. Mamá"
¿Piscina? No sabía que tuviésemos una.
Caminé hasta la parte trasera de la casa y miré por la ventana.
Allí no había ninguna piscina.
En fin, mejor para mí.
Hice una bola de papel con la nota y la lancé lo más lejos que pude.
"¿Y qué hago yo ahora?"- pensé.
Decidí que lo mejor sería salir a dar un paseo por la manzana para ver si aquel "roba-besos" del cuál aún no sabía el nombre, era por casualidad vecino mío.
Volví a entrar en mi cuarto.
Miré mi conjunto de la noche anterior, tirado cerca del saco de dormir.
Suspiré. Me sacrificaría y volvería a repetir modelito.
Me vestí lo mas rápido que pude y bajé a toda prisa las escaleras.
Abrí la puerta principal y me topé de bruces con un chico, el cual llevaba algo entre las manos.
-¡Ups!- le miré de arriba abajo. No, no era el "roba-besos".- Hola, ¿quien eres?
-Hola. Soy tu vecino de aquí al lado- señaló su casa. Era justamente la que estaba a la izquierda de la mía.- Mi madre me envía con este bizcocho. Es tradición aquí, ¿sabes?
Le miré con cara de ¿Hola? Tendría mi misma edad. ¿Aún obedeciendo a mamá y llevando bizcochos a los nuevos vecinos?
¡Pringaaoooo!
-Ya, es que mis padres acaban de salir y yo justo me iba. No importa. Vuelve mas tarde.
Me dispuse a cerrar la puerta.
-¡Espera! Al menos, déjame dejar esto dentro.
-Como quieras.
Pasé al interior y él me siguió.
-Una casa muy bonita- dijo en un intento de ser amable.
-Gracias. A mí también me gustan las casas sin muebles. Puedes dejar esto aquí- señalé el suelo. El me miró con cara rara.- Tranquilo, no hay ratas. He hecho la prueba esta mañana, poniendo como cebo a mi hermana.
Volvió a reír. Dejó el bizcocho en el suelo.
-Soy Enzo.
-Encantada, yo soy Alma.
-¿Tienes algo que hacer ahora?
-Hombre iba....
-Tenía pensado que quizás te apeteciera venir a dar una vuelta, y así te enseño la zona. Aparte hay un lugar que toda forastera, debe conocer.
¡Que lanzados eran todos los chicos de Virginia! Le miré. Tenía el pelo color rubio apagado. Parecía buena persona. Un poco pringado pero buena persona. Decidí darle una oportunidad. No me vendría nada mal tener un vecino con el que cotillear.
-Está bien.
Salimos de la casa y caminamos en silencio un par de metros.
-Y, ¿de donde venís?
-De Nueva York.
-Vaya, menudo cambio.
-Ni que lo digas...
-¿Es la primera vez que os mudáis?
-Sí.
-¿Crees que este será tu lugar en el mundo?
Um, que frase más bonita. A decir verdad, Enzo resultaba ser más interesante de lo que aparentaba ser.
-¿Mi lugar en el mundo?
-Sí, todos tenemos un lugar en el mundo. Es sólo cuestión de descubrirlo.
-Hombre, pues no se, aún es pronto para descubrirlo...
La verdad era que la manzana estaba bastante bien cuidada. Muy limpia y sin apenas ruido. Todo lo contrario a Nueva York.
-Me imagino que entrarás nueva al Glorian Gold.
-¿Glorian Gold?
-Sí, el instituto de la zona.
¡Mierda, el colegio! Casi se me había olvidado. ¿Cómo se me podía haber olvidado uno de mis mayores miedos al instalarme en Virginia?
Bueno, quizás porque con todo el lío que se había montado con el chico con el que me había liado, que luego había resultado ser un capullo, y mis constantes comeduras de coco con Yon, no me había dado tiempo de parar a pensarlo.
-Oh, sí. El instituto... ¿Sabes cuando empieza?
-Sí, mañana.
¡¿QUÉEEEEEEE?!
-¿Cómo?
-Sí, mañana empieza, pero no te preocupes, puedes ir conmigo.
-Gracias, eres muy amable.
¡Mierda, mierda, mierda, mierda! Estaba hundida, tocada y hundida.
Llegamos al final del camino. a nuestra derecha continuaba un pequeño sendero de tierra.
Caminamos en silencio hasta que llegamos al lugar que todo forastero debería conocer.
Era realmente precioso. un inmenso lago se extendía ante nosotros.
Divisé una pequeña pasarela de madera no muy lejos de nosotros.
-Oh Enzo, es precioso.
Rió.
-Lo sé. Aquí es donde traigo a todas las tías con las que ligo.
Nota: la acabas de cagar.
La musiquilla del mundo ideal dejó de sonar y comenzó la melodía de Psicosis.
Le mire con mi cara de ¿Hola?. El sonreía alegremente.
¡Dios otro más no!
-¿Vamos?- me preguntó.
CONTINUARÁ....
2 comentarios:
juanma!! Cuando vas a actualizar??!!
no ibas a actualizar ayee??? Sigo esperando impactante!!! NUEVA YA NUEVA YA!!!!
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