Bueno hoy os dejo con un capi muy especial de Let's make history en donde podréis descubrir el rostro de Enzo!! Que no, no está muerto xD

-No, no es lo que tu te piensas.
-¿Cómo que no es lo que yo me pienso?- le pregunté enfadada- Te he visto. He visto como te metías los dedos.
-¡Bueno sí!- se levantó- ¡Me estaba provocando el vómito! ¿Y?
-¿Cómo que "y"? ¿Acaso lo ves normal?
Se dirigió a su cuarto y yo le seguí. Parecía estar malinterpretando el papel de madre.
-Alma, tenía ganas de vomitar eso es todo.
-Enzo, vomitar no es nada malo, pero sí lo es provocarse el vómito.
Se sentó en su cama y me miró.
-Estoy, bien de verdad.
-No, no estás bien. Ayer te caíste redondo delante mío. ¡Por el amor de Dios, estabas inconscciente! -me acordé de la caja de pastillas- ¿Y la caja de pastillas que te di? ¿Para qué son?
-No es asunto tuyo.
-Sí, si lo es. Lo es desde el momento en que te me llevaste a "tu lugar en el mundo". Lo es desde que me subiste al tejado de mi casa. Lo es desde que nos liamos. Lo es... Lo es desde que te cruzaste en mi vida.
Me cogió la mano y trató de tranquilizarme.
-Te juro que no me pasa nada. Lo de ayer fue algo extraño. Y las pastillas es por mi dolor de cabeza. Ayer me dolía mucho, en serio. No te preocupes.
Me senté junto a él.
-Enzo, sabes que puedes confiar en mí. Somos amigos.
-Somos más que eso. Somos vecinos.
Reí.
Caminó y se situó frente al espejo. Se subió la camiseta y resopló.
-Uf, me parece que este verano he cogido algún kilo de más.
Me volteé para contemplar su reflejo.
-¿Estás de broma? Estás en los huesos.
Río.
-Más quisiera. Ni siquiera tengo músculos. ¡Dios, tengo que quitarme esta barriga cuanto antes!
-Enzo, en serio, no tienes ni un michelín.
Se bajó la camiseta y sonrió al girarme.
-Eso lo dices tu que me ves con buenos ojos.
Se tumbó en la cama y me besó la frente.
Me levanté y me dispuse a cotillear sus fotos.
-Oye, sales muy bien en esta foto- dije señalando una que tenía pegada en un tablón de corcho.
-Oh, puedes quedártela, si quieres.
-¿En serio? Oh, muchas gracias.
Guardé la foto en mi bolsillo y me tumbé junto a él.
-Mañana empiezan las clases. Y esta vez va en serio- dijo al ver mi cara.
-Oh, no quiero ir. Háblame de la gente del instituto.
-Oh, bueno hay de todo. La gente guay, la gente normal, los frikis, los marginados.. Ya sabes.
-En Nueva York, yo pertenecía al club de los guays.
Me tapé la cara con un cojín.
-¿En serio? No te puedo creer. ¿Qué ibas, a juego con las demás barbies rubias y macizas criticando a todas las chicas del insti? No te imaginaba así.
No paraba de reír.
-¡No! Para nada era así. No, en serio. Era de las normales. Pero también había barbies, créeme.
-En el Glorian Gold, hay una barbie, con la que debes tener mucho cuidado: Montana Pensky.
-¿Montana? Tiene nombre de serie de televisión. ¿De verdad es una barbie? ¿Cómo es?
-Bueno, sus padres son los más ricos de la zona. Es rubia, teñida por supuesto, y muy guapa. Se lo tiene muy creído. No me extrañaría que se pusiera en contacto contigo el primer día.
-¿Con migo? - pregunté extrañada.
-Sí, siempre habla con las nuevas y si eres guapas te propone como su nueva amiga. Si por el contraria eres fea, te humillará.
-Uff, no trago a esa clase de gente- dije con odio.
-Ya irás conociendo a la gente del instituo de cerca. Te lo aseguro.
-Um, háblame de alguien un poco más normal.
-Bueno, nose... Quizás te lleves bien con Nora Cellywell.
-¿Es maja?
- Sí, mucho. A finales del pasado curso, tuvo una gran bronca con Montana.
-¿Sí? ¿Qué pasó?- sí, vale, lo reconozco, estaba ansiosa de empaparme de todos los cotilleos relacionados con el alumnado del Glorian Gold.
-Bueno, se llevaban bien hasta que Nora fue elegida la reina del baile de fin de curso, desbancando claro está a Montana.
-¿Baile de fin de curso? ¿También hacéis aquí eso?
-¡Claro!
-¿Y cómo es que ella salió elegida?
-Se rumorea que lo tenía planeado desde principio de curso. Ya sabes, estaba resentida.
-¿Resentida?
-Sí. Montana y Nora habían sido muy amigas, pero hace dos años habían discutido. Montana había contado, sin querer, que Nora aún seguía siendo virgen. El rumor corrió como la pólvora y Nora se enfadó y mucho.
Era fantástico, fantástico. Por lo menos, ya sabía algo del pasado de la tal Montana y la tal Nora.
Mm, el principio de curso, no pintaba tan mal.
-¿Cómo que no es lo que yo me pienso?- le pregunté enfadada- Te he visto. He visto como te metías los dedos.
-¡Bueno sí!- se levantó- ¡Me estaba provocando el vómito! ¿Y?
-¿Cómo que "y"? ¿Acaso lo ves normal?
Se dirigió a su cuarto y yo le seguí. Parecía estar malinterpretando el papel de madre.
-Alma, tenía ganas de vomitar eso es todo.
-Enzo, vomitar no es nada malo, pero sí lo es provocarse el vómito.
Se sentó en su cama y me miró.
-Estoy, bien de verdad.
-No, no estás bien. Ayer te caíste redondo delante mío. ¡Por el amor de Dios, estabas inconscciente! -me acordé de la caja de pastillas- ¿Y la caja de pastillas que te di? ¿Para qué son?
-No es asunto tuyo.
-Sí, si lo es. Lo es desde el momento en que te me llevaste a "tu lugar en el mundo". Lo es desde que me subiste al tejado de mi casa. Lo es desde que nos liamos. Lo es... Lo es desde que te cruzaste en mi vida.
Me cogió la mano y trató de tranquilizarme.
-Te juro que no me pasa nada. Lo de ayer fue algo extraño. Y las pastillas es por mi dolor de cabeza. Ayer me dolía mucho, en serio. No te preocupes.
Me senté junto a él.
-Enzo, sabes que puedes confiar en mí. Somos amigos.
-Somos más que eso. Somos vecinos.
Reí.
Caminó y se situó frente al espejo. Se subió la camiseta y resopló.
-Uf, me parece que este verano he cogido algún kilo de más.
Me volteé para contemplar su reflejo.
-¿Estás de broma? Estás en los huesos.
Río.
-Más quisiera. Ni siquiera tengo músculos. ¡Dios, tengo que quitarme esta barriga cuanto antes!
-Enzo, en serio, no tienes ni un michelín.
Se bajó la camiseta y sonrió al girarme.
-Eso lo dices tu que me ves con buenos ojos.
Se tumbó en la cama y me besó la frente.
Me levanté y me dispuse a cotillear sus fotos.
-Oye, sales muy bien en esta foto- dije señalando una que tenía pegada en un tablón de corcho.
-Oh, puedes quedártela, si quieres.
-¿En serio? Oh, muchas gracias.
Guardé la foto en mi bolsillo y me tumbé junto a él.
-Mañana empiezan las clases. Y esta vez va en serio- dijo al ver mi cara.
-Oh, no quiero ir. Háblame de la gente del instituto.
-Oh, bueno hay de todo. La gente guay, la gente normal, los frikis, los marginados.. Ya sabes.
-En Nueva York, yo pertenecía al club de los guays.
Me tapé la cara con un cojín.
-¿En serio? No te puedo creer. ¿Qué ibas, a juego con las demás barbies rubias y macizas criticando a todas las chicas del insti? No te imaginaba así.
No paraba de reír.
-¡No! Para nada era así. No, en serio. Era de las normales. Pero también había barbies, créeme.
-En el Glorian Gold, hay una barbie, con la que debes tener mucho cuidado: Montana Pensky.
-¿Montana? Tiene nombre de serie de televisión. ¿De verdad es una barbie? ¿Cómo es?
-Bueno, sus padres son los más ricos de la zona. Es rubia, teñida por supuesto, y muy guapa. Se lo tiene muy creído. No me extrañaría que se pusiera en contacto contigo el primer día.
-¿Con migo? - pregunté extrañada.
-Sí, siempre habla con las nuevas y si eres guapas te propone como su nueva amiga. Si por el contraria eres fea, te humillará.
-Uff, no trago a esa clase de gente- dije con odio.
-Ya irás conociendo a la gente del instituo de cerca. Te lo aseguro.
-Um, háblame de alguien un poco más normal.
-Bueno, nose... Quizás te lleves bien con Nora Cellywell.
-¿Es maja?
- Sí, mucho. A finales del pasado curso, tuvo una gran bronca con Montana.
-¿Sí? ¿Qué pasó?- sí, vale, lo reconozco, estaba ansiosa de empaparme de todos los cotilleos relacionados con el alumnado del Glorian Gold.
-Bueno, se llevaban bien hasta que Nora fue elegida la reina del baile de fin de curso, desbancando claro está a Montana.
-¿Baile de fin de curso? ¿También hacéis aquí eso?
-¡Claro!
-¿Y cómo es que ella salió elegida?
-Se rumorea que lo tenía planeado desde principio de curso. Ya sabes, estaba resentida.
-¿Resentida?
-Sí. Montana y Nora habían sido muy amigas, pero hace dos años habían discutido. Montana había contado, sin querer, que Nora aún seguía siendo virgen. El rumor corrió como la pólvora y Nora se enfadó y mucho.
Era fantástico, fantástico. Por lo menos, ya sabía algo del pasado de la tal Montana y la tal Nora.
Mm, el principio de curso, no pintaba tan mal.
4 comentarios:
ahhhhh quiero el resto AHORA! jajajaja
Y respecto a Enzo, prefiero seguir imaginándomelo yo, siempre que leo un libro no me suele gustar que te al personaje dibujado o en foto, porque me gusta leer la descripción y modificar ligeramente a mi antojo XD
que te den al personaje*
jajaja ya pero tengo como son todos los personajes en fotos jaja. yo dejo a cada uno que se lo imagine xro tb hace ilu verlos en la vida real no???
sí, está guay tb :D
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