Nada más entrar mi mirada trató de encontrarle.
Con todo el bullicio no pude verle.
Mi madre me llamó desde la mesa y yo recé para que no notaran que acababa de darme el lote con un chico.
Me senté en la mesa y mi madre me miró.
-¿Todo bien cariño?- fue lo que me preguntó.
-Sí, estuve hablando con Kenzy (una amiga mia de Nueva York) . Me echa mucho de menos.
-Oh- mi madre puso cara de dulzura y yo me giré para colgar mi bolso en el asiento y de paso tratar de encontrar al "roba-besos".
Alcé la vista y lo encontré sentado justo en la mesa de enfrente. ¡Aja ya te tengo! Me miraba mientras jugueteaba con su servilleta.
Me limité a poner toda mi mirada de furia pero crero que no sirvió de mucho.
Inclinó su cabeza para a lante y ... ¡Oh no! ¿Me estaba poniendo morritos?
¡Dios era....! El chico más guapo que había visto nunca, (exceptuando a Yon)
Se levantó y se dirigió hacia el baño.
Me levanté con intención de seguirle, pero mi madre me freno cogiéndome por el brazo.
-Cariño, la comida ya está aquí.
Miré la mesa. En efecto ya se encontraba toda la comida allí, junto a la camarera que sonreía de forma estúpida, tratando de ser amable.
"Que inoportuna la chinita" pensé.
Traté de buscar los cubiertos, pero.. ¡Sorpresa! En un afán de superación mi padre había decidido por todos que comeríamos con palillos.
Dios, espero que él no me vea... ¡Que humillante!
Pasé toda la noche tratando, de alguna forma, transmitirle lo que pensaba. Que no contara nada de lo sucedido aquella noche a nadie. Si, era nueva en la zona, pero no quería que empezarán cuchichear de mi las malas lenguas de Virginia.
Me levanté del sacó de dormir (ya que aún no habíamos instalado mi cama). ¡Dios que dolor de espalda!
Miré mi reloj. Eran las once y cuarto. Um una hora más que razonable para levantarse ya que aquel día, no estaba de resaca.
Sí, la resaca, otra de las cosas negativas de juntarse con Yon.
¡Hostras, sus SMS! Corrí a coger el móvil. Con todo aquel follón no había tenido tiempo de leerlos.
Bueno sí, lo había tenido pero no había querido hacerlo.
¿Habría alguna noticia nueva desde Nueva York?
Leís sus 2 SMS. El primero se limitaba a decir que me fuera todo bien en mi nueva vida y que no tonteara mucho con los porros.
¡Será cabrón..!
Leí el segundo sin interés, aunque algo más de interesante que el primero era.
Decía lo siguiente: "Acabo de mandarte un SMS. Se me olvidaba decirte que acabo de encontrar tu blusa marrón en el asiento trasero del coche de mi hermano. Tranquila no se lo diré a nadie ni la subastaré en E-Bay. Será nuestro pequeño secreto. Cuídate".
¡Dios mi blusa! ¡En su coche! Dios era un putón.
¡Putón, putón, putón! No, aquella noche no había pasado nada en ese coche, de eso podéis estar seguros.
Bueno, al menos tendría un bonito recuerdo de mí.
Bueno, bonito depende de como se mirase. Creo que vomité en esa chaqueta.
Me senté en el suelo, sujetando el móvil entre mis manos.
Suspiré. No, mis sospechas no habían sido confirmadas (aún).
Seguía sin haber, noticias desde Nueva York.
Con todo el bullicio no pude verle.
Mi madre me llamó desde la mesa y yo recé para que no notaran que acababa de darme el lote con un chico.
Me senté en la mesa y mi madre me miró.
-¿Todo bien cariño?- fue lo que me preguntó.
-Sí, estuve hablando con Kenzy (una amiga mia de Nueva York) . Me echa mucho de menos.
-Oh- mi madre puso cara de dulzura y yo me giré para colgar mi bolso en el asiento y de paso tratar de encontrar al "roba-besos".
Alcé la vista y lo encontré sentado justo en la mesa de enfrente. ¡Aja ya te tengo! Me miraba mientras jugueteaba con su servilleta.
Me limité a poner toda mi mirada de furia pero crero que no sirvió de mucho.
Inclinó su cabeza para a lante y ... ¡Oh no! ¿Me estaba poniendo morritos?
¡Dios era....! El chico más guapo que había visto nunca, (exceptuando a Yon)
Se levantó y se dirigió hacia el baño.
Me levanté con intención de seguirle, pero mi madre me freno cogiéndome por el brazo.
-Cariño, la comida ya está aquí.
Miré la mesa. En efecto ya se encontraba toda la comida allí, junto a la camarera que sonreía de forma estúpida, tratando de ser amable.
"Que inoportuna la chinita" pensé.
Traté de buscar los cubiertos, pero.. ¡Sorpresa! En un afán de superación mi padre había decidido por todos que comeríamos con palillos.
Dios, espero que él no me vea... ¡Que humillante!
Pasé toda la noche tratando, de alguna forma, transmitirle lo que pensaba. Que no contara nada de lo sucedido aquella noche a nadie. Si, era nueva en la zona, pero no quería que empezarán cuchichear de mi las malas lenguas de Virginia.
Me levanté del sacó de dormir (ya que aún no habíamos instalado mi cama). ¡Dios que dolor de espalda!
Miré mi reloj. Eran las once y cuarto. Um una hora más que razonable para levantarse ya que aquel día, no estaba de resaca.
Sí, la resaca, otra de las cosas negativas de juntarse con Yon.
¡Hostras, sus SMS! Corrí a coger el móvil. Con todo aquel follón no había tenido tiempo de leerlos.
Bueno sí, lo había tenido pero no había querido hacerlo.
¿Habría alguna noticia nueva desde Nueva York?
Leís sus 2 SMS. El primero se limitaba a decir que me fuera todo bien en mi nueva vida y que no tonteara mucho con los porros.
¡Será cabrón..!
Leí el segundo sin interés, aunque algo más de interesante que el primero era.
Decía lo siguiente: "Acabo de mandarte un SMS. Se me olvidaba decirte que acabo de encontrar tu blusa marrón en el asiento trasero del coche de mi hermano. Tranquila no se lo diré a nadie ni la subastaré en E-Bay. Será nuestro pequeño secreto. Cuídate".
¡Dios mi blusa! ¡En su coche! Dios era un putón.
¡Putón, putón, putón! No, aquella noche no había pasado nada en ese coche, de eso podéis estar seguros.
Bueno, al menos tendría un bonito recuerdo de mí.
Bueno, bonito depende de como se mirase. Creo que vomité en esa chaqueta.
Me senté en el suelo, sujetando el móvil entre mis manos.
Suspiré. No, mis sospechas no habían sido confirmadas (aún).
Seguía sin haber, noticias desde Nueva York.
1 comentario:
juanma sigue asi me tienes enganchadisima!!! La unica pena es qe sean tan cortos :(
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