Obvio Nen@!


miércoles, 1 de junio de 2011

Habla de mí, te lo suplico

Quien me conozca más o menos, quien me conozca simplemente, sabrá que yo soy una persona que no profesa demasiado cariño allá a donde va. ¿El por qué? Ni yo mismo lo se... Puede que sea por envidia, porque es fácil odiarme, porque quizás yo me lo gane a pulso... Reconozco que bueno, a veces tengo "mis puntos" inaguantables, razón por la que creo, profeso tanta "admiración" allá por donde piso. Y se que hay veces en las que es imposible aguantarme, que desearías matarme.. Lo se, pero, así es como soy, no puedo hacer nada para cambiarlo ( o bueno, tal vez si, pero no me sale del arco del triunfo).
Así soy y así seré, con mis defectos, mis virtudes, vendrán conmigo allá a donde vaya, durante el tiempo que viva.
Y a quien le guste bien y a quien no pues... ¿Qué más da? Llevo prácticamente toda mi vida escuchando calificativos que no se ajustan a lo que soy, que no me definen como persona. Llevo prácticamente toda mi vida cargándomelos en la espalda, y fíjate, aún hoy sigue sin dolerme.
Y debo reconocer algo: cuando soy consciente del odio que despierto en alguien, y ese alguien está junto a mí, me empeño en hacer lo posible, para que ese odio hacia mí, vaya en aumento. ¿Qué se le va a hacer?
Quizás me guste eso de "ser el más odiado" de allá en donde esté.
Quizás me guste eso de saber que nadie entiende como soy, que todo el mundo se deja llevar por lo que los primeros payasos, dicen de mí.
Por que sí, me gusta ver lo penosa que es la gente. Me gusta ver como recurren al insulto fácil, cómo "el amigo de" se convierte en mi enemigo, por ser "el amigo de".
La polémica... Puede que me guste, porque gracias a esa gente, es lo que levanto día tras día, haga lo que haga. Porque gracias a ellos, consigo que quien más o quien menos, esté pendiente de mis movimientos para luego criticarlos.
¿Es que acaso yo no hago lo mismo? Por supuesto que sí, pero a las pruebas me remito (y esto, mi amor, va dirigido a tí quien dejó esa bomba de relojería en el post de los vestidos de la orla), a mí no me importa lo que de mí digan, no pido explicaciones, ni replico, ni me enfrento.. Simplemente pongo la mejor de mis sonrisas.
Llevo prácticamente toda mi vida, oyendo cosas con las que no me siento aludido. ¿Si tanto odio me tenéis y tanto me criticáis, aún no sabéis nada que me digáis que me pueda hacer daño?
Y ahora me paro y recapacito: un curso ya ha acabado, y perderé de vista a esa 2ª generación que se ha atrevido a conocerme, aunque no lo ha conseguido. La universidad me espera y ahora sólo me cabe preguntarme: ¿me encontraré con una 3ª generación de aspirantes a bufones?
Ni lo se ni me importa. Yo seguiré siendo yo mismo, seguiré sonriendo y mi espalda seguirá cargando todo ese veneno...
Y que hablen, sobre todo que hablen, bien, mal, me da igual... Pero que hablen de mí.

Hasta que volvamos a leernos, besitos de parte de: el príncipe cotillo :D

3 comentarios:

Paolita dijo...

(levantada y haciendo la ola) PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS BRAVOOOO!!
Se te ha olvidado incluir dentro de la 2º generacion al pequeño grupo de personas que si nos hemos molestado en conocerte, y no nos arrepentimos de ello,ni ahora ni nunca!

Juanmit@LittleMonster dijo...

jajaja ya lo se pero se supone que esto va para la otra gente tu ya sabesss

Paolita dijo...

Ya tu sabee no hay má naaa.. (8)
JAJA